sábado, 27 de julio de 2013

El principio del final.

La vida nos sonreía cuando brillábamos juntos
Los labios en tu boca parecían gritar
Cuando reíamos a la par del estéreo
Mis manos jugaban con las tuyas
y tu hermosura me hacía gritar.
Envuelta en mis brazos
Decías sentirte cálida
Tu cuerpo mimetizaba con cada uno de mis movimientos
Tu mente se conectaba  en mis pensamientos

El sol se fue y te sentías fría
Mi calor era inútil y tus ojos sufrían.
Nada podía salvarnos.
Nada era suficiente.
Me desgarré el alma al tener que aceptarlo.
La inercia controlaba el hemisferio izquierdo de mi pecho.

He perecido, ya nada tiene sentido.
Caí en lo mas profundo de mi oscuridad.
Los entes parecían dominarme,
Querían entrar dentro de mi.
Se acercaban por derecha y por izquierda,
y mientras, no sabía que había de aquel lado.
Me rendí, y me dejé dominar.
Mis ojos hoy caen opacados
Cuando no paro de extrañarte,
El sol ya no me excita.
Solo me recuerda todo lo que me estoy perdiendo.
Y me pregunto a donde estará viajando mi alma,
a cada minuto que pasa, que no está conmigo.

El silencio atrofia mis entrañas.
En mi cama me aprieto el cráneo,
rogando que esto termine.
Mientras me asecha la oscuridad,
esperando cualquier instante de debilidad para introducirme
dentro de mi cuerpo, lleno de sueños y esperanzas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario