jueves, 3 de octubre de 2013

La teoría de la soledad (parte 1)

Muchas veces nuestras mentes sufren de algún tipo de existencialismo, usualmente nunca sucede en los buenos momentos, que nos enmarca directamente en nuestros rostros mas de alguna inquietud. Esta misma inquietud, genera una especie de ambivalencia entre nuestra inconsciencia y nuestro uso de razón, en otras palabras, nos empezamos a dejar llevar por una vaga inquietud (nuevamente) que se presente en nuestro día.
Independientemente de lo que esto represente, es decir, la clase, tipo o tal molestia o inquietud dentro de nuestros pensamientos, nos llevará a desfragmentar su origen, con esto, la gran búsqueda unipersonal comienza. Empieza el fraseo, las coincidencias y el tanteo. La euforia de nuestras enredaderas, donde una tras otra disconformidad rompe con nuestros murales de convicción, nos dejan tiesos, inmóviles e indefensos ante la majestuosa inseguridad que viene liderada por un enemigo mayor : La soledad.
Pareciera ser un delirio, u obra de una personalidad débil y/o cobarde, dejando de lado solo por esta vez que el hecho de  la desfragmentación de pensamientos, en su gran mayoría, es lo que genera y otorga convicción a los seres de fuertes personalidades, el que una simple inquietud nos guiara a los brazos de la soledad. Pero, ¿no será simplemente un estado? Claro, uno luego de cruzar hemisferios y limpiando del mundo todo el mal, ofreciendo todo, gritando "LA LIBERTAD ES UN ESTADO EN LA MENTE", podría llegar a pensar lo mismo de la soledad. Cualquiera de ustedes, queridos lectores, que hayan concluido en esta definición, quiero decirles que tranquilamente pueden pasar de largo todo este discurso de soledad. Por otro lado, a aquellos curiosos que tratan de explorar y experimentar cada sensación, momento y estado que nos ofrece la psiquis, los invito a proseguir con esta cadena de palabras entre lazadas.....

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