viernes, 16 de julio de 2010

¿Qué harías si ves un león en tu patio?

El problema es que tu ventana esta muy empañada por el frío ¿Cuántos grados hace? ¿3º bajo cero? Prendés la TV y 3 personas murieron de hipotermia por haber pasado la noche en las calles, pero lo tomás como algo cotidiano, hasta pensás que no es noticia. Tu egoísmo crece y no lo notás. Preparás un café, abrís la ventana para prender un cigarro y tu ojos crecen.
-¿UN LEÓN?!

Rápidamente cerras la ventana, no sabés que hacer. Vas al teléfono, pero ,¿ A quién llamar? Antes de deducirlo te das cuenta que tu teléfono desapareció y tu celular está sin batería. Te desesperás. Ves a tus perros como el resto del alimento del mamífero infiltrado en una casa de familia. Cerrás los ojos, y pensás detenidamente.

-Esto no puede ser real.

Seguís ojeando la ventana, para ver que es lo que pasa con el animal que tanto pudiste adorar viéndolo como figura de tus peluches. ¡NO ESTÁ! Entonces decidís ir a afuera a controlar el perímetro. En tus manos una sartén, haciéndote sentir mas seguro y protegido. Tus latidos empiezan a acelerar. El frió creó una espesa niebla en tu propio patio. Escuchas el sonido del viento, como si estuvieras conversando con el. Tu nariz está mojada de tanto frío, tus manos casi no responden. Tus rodillas tiemblan y caes al suelo. Tu cuerpo está helado. No pudiste soportar el miedo y la ola polar que traía ese día.Tus ojos no resisten el peso de los párpados. Desde el suelo respiras cada vez mas fuerte, y mas fuerte, y mas fuerte, y mas fuerte, y mas fuerte, y mas fuerte, y mas fuerte, y mas fuerte.

Te levantas. Exaltado. En ropa interior, y salís corriendo a vomitar al baño. Fué un sueño. Pero te das cuenta que tus nauseas no fueron provocadas por un sueño, si no por la realidad que llevás, y que hubiera sido mejor ese sueño. Sabiendo que tenés que salir afuera, soportando una niebla de confusión, que tu cuerpo no responde si no a la única persona que creés que te hará feliz. Que tus rodillas tiemblan cada vez que recordás que esa persona no está a tu lado. Que tus ojos prefieren estar cerrados a tener que ver la realidad que te carcome cada día. Y respiras, solo respiras y respiras y respiras, siguiendo el calvario que te provoca todo eso.

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